Cuando nos embarcamos en un proyecto tan importante como es preparar a nuestros hijos para el rol que la música jugará en sus vidas, es natural que nos preocupemos por una serie de problemas. Una vez que nuestra decisión principal está tomada, como escoger un instrumento y un profesor, nos vemos absorbidos en las etapas iniciales de aprendizaje de los conceptos básicos. Cosas como establecer buenas habilidades de práctica, crear hábitos de buena postura y producción de un bello sonido.
Inevitablemente nos preguntamos: ¿entonces….. cómo lo estamos haciendo? ¿Cómo nos comparamos con las otras familias en nuestro programa? ¿en nuestra área? ¿o en los institutos?
Ciertamente, tenemos muchos modelos fuera del método Suzuki que nos alientan a medir y hacer comparaciones. Tenemos tablas de crecimiento y desarrollo para bebés para ver como cada niño se compara con la norma. En la escuela, calificamos los exámenes para medir el grado en el que el niño ha entendido y aprendido la materia enseñada. En este ambiente de aula, sin importar el grado de aprendizaje ganado individualmente por el niño, la clase entera avanza a la siguiente unidad
Usted puede encontrar ciertas similitudes con estos puntos de referencia y la forma en la que el repertorio Suzuki es organizado. Tal vez, relacionando las piezas con unidades y los libros con niveles de grado. Pero allí es donde acaban las similitudes. Las diferencias para medir el progreso de cada alumno son amplias
Primero que nada, no hay una prueba para determinar si el alumno está preparado para pasar a una nueva pieza, esta preparación se mide por la evaluación continua de las habilidades realizada por el profesor. No hay notas ni grados asignados a este progreso. En el método Suzuki, una vez que aprendemos una pieza, continuamos repasándola. Cada vez que revisamos una pieza la música es elevada a un nivel de interpretación y comprensión, asignar una nota se convierte en algo sin sentido dado que las piezas se son experimentadas continuamente. Podemos pasar a un libro de grado superior, pero nunca abandonamos nuestras piezas, ya que siguen siendo obras en progreso.
El repertorio Suzuki esta cuidadosamente seleccionado para poder adquirir las habilidades en secuencia. Para poder tener éxito, cada habilidad debe ser dominada antes de agregar otra capa. El haber memorizado y aprendido las notas de una pieza, no significa necesariamente que las habilidades inherentes han sido dominadas, la acumulación del repertorio no es nuestro objetivo final. Por el contrario, nuestra meta es desarrollar las excelentes habilidades técnicas en el alumno, tales como: flexibilidad, tocar con facilidad y confianza, independencia, habilidades grupales y un buen carácter. El énfasis está en la calidad más no en la cantidad.
Si bien la filosofía Suzuki nos enseña que todos los niños pueden aprender, cada niño se desarrollara a un ritmo diferente. Existen muchos factores que influenciarán el ritmo de progreso de un niño que es imposible comparar de manera justa a un niño con otro. Considere las siguientes diferencias entre niños individuales:
-
Diferencias físicas: Algunos niños parecen haber nacido para tocar un instrumento en particular. Rasgos simples como la flexibilidad en las articulaciones, la longitud de las extremidades o la velocidad de los reflejos pueden influenciar en cuan fácil es aprender un instrumento, pero estos elementos no afectarán el potencial general de alcanzar un alto nivel de rendimiento. Diferencias más severas como el espectro de autismo, pérdida auditiva, o trastornos de procesamiento son condiciones que ciertamente retrasarán el progreso, pero los beneficios de aprender un instrumento son probablemente más dramáticos.
-
Factores medioambientales: alergias, medicación, nutrición, falta de sueño, o incluso distracciones provenientes del ambiente como ruido pueden dificultar la concentración del niño durante la práctica, una habilidad que es crucial para progresar.
-
Diferencias de aprendizaje: Algunos niños necesitan escuchar algo para aprenderlo fácilmente, otros necesitan observarlo, otros precisan descubrirlo por sí mismos. En raras ocasiones un niño solo necesitará repetir una sección solo cinco veces para que le sea más fácil, a la mayoría le tomará muchas más repeticiones. Es por esta razón que el Dr. Suzuki decía: “La habilidad es el aprendizaje más 10 000 repeticiones”. Lo importante es ajustar la instrucción y la práctica a la medida y necesidades del niño.
-
La estructura y prioridades de la familia: El número de padres que trabajan, el número de hermanos y de las actividades que llenan el horario del niño, la importancia y prioridad otorgadas a las actividades musicales, incluso el número de videos de “Parents as Partners” observados por los padres. Todos estos factores tendrán un efecto en la habilidad del niño y su deseo por progresar, así como la habilidad de los padres para ayudarlo.
-
Establecer hábitos de práctica: Déjenme reiterar, los hábitos de práctica ocupan un lugar prioritario en el desarrollo de las habilidades y técnicas musicales, así como en un bello carácter y buena actitud. ¿Cuánta importancia se le otorga a escuchar o repasar? ¿La práctica ocurre diariamente y en un momento en el que la energía y la atención son buenas? Al determinar el tiempo invertido en la práctica, ¿Existe un balance entre el tiempo que se precisa para cubrir todas las tareas asignadas en la clase y una consideración sobre que cual es el tiempo apropiado de acuerdo a la edad y temperamento del niño?¿El tiempo de práctica es usado eficientemente? ¿Las sesiones de práctica son normalmente experiencias positivas tanto para el padre como para el niño?
-
Las expectativas y estándares varían de un profesor a otro. Es importante encontrar un profesor que se ajuste a sus necesidades y las del niño. Afortunadamente, gracias a la extensión de la filosofía, así como al extenso entrenamiento y los mentores disponibles entre los maestros Suzuki, existe un acuerdo general y una consistencia en los institutos, talleres y nuevos profesores a través del país.
Tu niño es único, tu situación es única. No existen comparaciones justas. Si quieres medir el progreso de tu niño, hazte estas preguntas:
¿Mi niño está ganando fluidez en su instrumento?
¿Sus habilidades de escuchar están más refinadas?
¿Está ganando independencia a través de una autoevaluación?
¿Estamos dando nuestro mejor esfuerzo?
¿Nuestra comprensión y amor por la música está creciendo?
Y más importante:
¿Mi niño está desarrollando un buen carácter y un bello corazón?
Traducizo por Melissa Olazaval