Traducido por Aurora Pinazzo

La vida está llena de ritmo. Encontramos ritmo no solamente en la música, sino también en nuestras rutinas de trabajo, de juego y de familia. Los maestros encuentran un ritmo incluso en el adaptar la enseñanza a los diferentes estilos de aprendizaje de cada estudiante. Los alumnos encuentran un ritmo en lo que los maestros y padres esperan de ellos. Los padres encuentran su propio ritmo que hace que todo esto funcione. Hemos aprendido todos estos ritmos en clase, en los estudios y en nuestros hogares. Pero lo más importante es que hemos aprendido todos estos “ritmos” con nuestros estudiantes. Y así era, ¡hasta que todo cambió!

Hace unos pocos meses, el ritmo del mundo entero fue sacudido por el COVID-19. Poco después, Estados Unidos fue sacudido por el malestar social del movimiento Black Lives Matter, que resonó en todo el mundo. Nos vimos forzados a cambiar nuestro “ritmo” y tuvimos que cambiar nuestras rutinas cuidadosamente desarrolladas y pulidas a lo largo de años de pruebas y tribulaciones en todos los aspectos de nuestras vidas.

Para los padres, esto significó encontrar una manera de mantener a sus niños y familias seguras e ilesas. Para los maestros, esto significó encontrar una manera de mantener la conexión con los estudiantes. Para los profesores de instrumento, de cuerdas en particular, esto significó ¡hasta encontrar una manera de mantener los instrumentos de nuestros niños afinados! Mirando hacia atrás, ésta fue probablemente mi mayor preocupación.

He enseñado violín durante 33 años. Fui una niña Suzuki. Empecé a ejecutar el violín a la edad de 5 años y me convertí en instructora de Violín Suzuki a la edad de 16. A menudo me preguntan si el violín es el instrumento más difícil de ejecutar. Yo respondo diciendo que no tengo idea de cómo es no tocar el violín, así que realmente no lo sé. Con los años, he tenido el honor de guiar a jóvenes (y no tan jóvenes) en el arte de ejecutar el violín. Ejecutar un instrumento musical es, a menudo, una experiencia física. Ejecutar el violín requiere de una conexión con el cuerpo y como se mueve: Saber cuánta presión necesitas aplicar para tocar fuerte o suave. Saber de dónde viene esa presión. Saber cómo se siente tener una sonoridad suave y enriquecida versus una sonoridad áspera y estridente. Los violinistas deben ser particularmente conscientes de cualquier tensión en nuestros cuerpos que podría afectar el tono de nuestras notas. Debemos respirar con nuestros instrumentos. La mayoría de este proceso de enseñanza y aprendizaje es hecho a través de demostraciones y ajustes físicos de la postura, ubicación de dedos y toma de arco. Usualmente los padres se involucran lo suficiente como para servir de apoyo en las prácticas en casa. Ya es lo suficientemente desafiante en persona— ¡ahora intenten hacer todo esto sin estar en la misma habitación con el alumno! Esperen. ¿Qué?

Esto es lo que todos los maestros alrededor del mundo han tenido que hacer. Tuvimos que cambiar nuestro ritmo de enseñanza, ¡y sin previo aviso! Tuvimos que encontrar una manera de enseñar a nuestros estudiantes sin estar realmente con ellos. La solución fue ofrecer clases en línea. Simple, ¿verdad? Nunca en mis 33 años de enseñanza di una lección por internet hasta el 14 de marzo del 2020. Por supuesto, había escuchado de profesores que lo hacían exitosamente por años, pero nunca había considerado hacerlo yo misma. Había pensado en cómo sería. Me preguntaba qué haría yo si lo tuviera que hacer. Bueno, ahora lo sé.

En mis clases, invito a mis alumnos a explorar y a improvisar. Es divertido y ellos son increíblemente creativos. Pienso que al permitirles probar cosas diferentes con sus instrumentos eso les otorga más control sobre sus propias experiencias educativas. La improvisación es la habilidad en la cual más me he estado apoyando en estos últimos meses. Enseñar violín en línea puede parecer como una tarea imposible. Te preguntarás como podrías escuchar la sonoridad del instrumento, o como podrías corregir problemas de afinación.

¿Y cómo enseñas a un principiante como afinar su instrumento? Voy a compartir entonces con ustedes mi receta con todos los ingredientes necesarios para tener una buena experiencia enseñando violín a través del internet. Siéntanse libres de improvisar y agregar el ritmo de ustedes mismos y sus propios condimentos.

Ingredientes:

  • Estudiantes llenos de ganas, buena onda y con una actitud de “sí-podemos”

  • Padres llenos de ganas, buena onda y con una actitud de “sí-podemos”

  • Profesores llenos de ganas, buena onda y con una actitud de “sí-podemos”

  • Violines que se mantengan afinados (¡es broma!)

  • Si utilizas redes sociales, sugiero unirse a grupos de soporte de profesores para tener acceso a fuentes de inspiración y material de referencia. Muchos profesores tienen muy buenas ideas para compartir. Pero no sólo tomes ideas—también contribuye con las tuyas al resto de la comunidad.

  • No necesitas un título en ciencias en computación o redes para navegar el mundo de la enseñanza en línea. Necesitarás familiarizarte con software de video-conferencias como Zoom. Zoom funciona con la mayoría de los dispositivos tecnológicos y parece ser un formato ampliamente aceptado para la enseñanza en línea.

  • Deberás configurar una cuenta en Zoom. Si no conoces o entiendes la aplicación y la configuración de la cuenta, hay muchos videos tutoriales en YouTube acerca de cómo hacerlo.

  • Cada uno de tus estudiantes también necesitará una cuenta de Zoom. Aunque algunos preferirán FaceTime ten en cuenta que FaceTime es específico a los dispositivos Apple y no todos tienen uno. Si tú y tus estudiantes prefieren utilizar otra plataforma de video-conferencia como Skype o Google Classroom, asegúrate de que todos tengan la misma aplicación y sepan cómo utilizarla.

  • Si eliges Zoom, recomiendo crear reuniones separadas para cada estudiante con una contraseña y un número de identificación.

  • No necesitas equipos de última generación (a menos que te gusten los dispositivos más nuevos y artilugios como a mi), pero sí vas a necesitar lo siguiente:

  • Una computadora, laptop, Tablet, iPad o teléfono celular con un micrófono y una cámara. La calidad varía dependiendo del dispositivo.

  • Para obtener una calidad superior, recomiendo usar una laptop (o computadora), con una cámara externa y unos auriculares o audífonos con micrófono incluido.

Mi configuración incluye una MacBook Pro con una cámara externa Logitech. Conecto mis auriculares Bose a través de bluetooth a la MacBook Pro para hablar y escuchar. Conecto mi iPad a mi MacBook Pro con el cable de carga. También puedes conectar el iPad vía bluetooth, pero me encontré con que la conexión bluetooth tiene una pequeña latencia que no ayuda. Conecto mi iPad para poder compartir la pantalla del mismo con los estudiantes cuando estamos trabajando en una obra y necesito que vean una parte en específico de ella. Es más fácil compartir la partitura que contar los compases y señalárselo en la partitura que tienen en casa. De esta forma puedo resaltar el/los compás/compases específicos en los que estamos trabajando. Esta puede ser también una buena forma de analizar la música con los alumnos. Tendrás siempre la posibilidad de editar la partitura y señalar los diferentes matices, etc. También puedes permitir a tus estudiantes usar la opción incluida de pizarra blanca para marcar en la pantalla. Idealmente tú y tu estudiante tendrán cada uno versiones de cualquier obra la cual estén trabajando— No quiero alentar a nadie a violar leyes de copyright. También uso el iPad para compartir aplicaciones de juegos de música como “Flashnote Derby” y “Rythm Swing”. Estas aplicaciones están disponibles en la App Store pagando una tarifa.

Tips para el Sonido En Línea

He descubierto que es mejor si enciendes la opción “Original Sound” (Sonido Original). Zoom puede intentar cancelar el sonido del violín pensando que es sonido de fondo (¡cómo se atreven!). Queremos escuchar el violín tanto como sea posible, así que apagando esta característica predeterminada te permitirá escuchar la mejor sonoridad con la que tu estudiante está tocando.

Tips para Afinación En Línea

Te encontrarás con que tus estudiantes y sus padres intentarán afinar el instrumento sin mucho éxito. Es de mucha ayuda tener un afinador que pueda sostener una nota de referencia. Esta es la nota a la cual la cuerda al aire del violín deberá ser igualada. Hay un montón de aplicaciones gratuitas con esta función. Para los niños más pequeños, deberás trabajar con los padres para cualquier ajuste de la clavija. A todos mis alumnos les ha ido bien con los microafinadores. Cuando trabajamos con las clavijas, les doy a los padres (o a los alumnos mayores) la imagen de una pequeña hormiga. Eso es lo mucho que quiero que giren la clavija en cualquier dirección. Hago que giren la clavija hacia el puente para que el sonido de la nota baje o hacia la voluta para que la nota suba. Hago que suban y/o bajen en la medida de una pequeña hormiga. Hago que el padre/estudiante toque o pulse la cuerda al aire entre cada ajuste para comparar el sonido de la nota con el sonido de la nota de referencia. También empujamos gentilmente la clavija hacia dentro del clavijero mientras giramos, para que la clavija se fije. Tal vez necesiten girar seis hormiguitas hacia la voluta si la afinación está muy baja o tres hormiguitas hacia el puente para una nota que está alta. Ajusta el número de hormigas de acuerdo a lo que necesites. Teniendo la imagen de una hormiga funciona bastante bien. Una vez que hayamos alcanzado la nota afinada, el estudiante puede encargarse de los microafinadores. Los estudiantes necesitarán girar en el sentido de las manecillas del reloj (hacia la derecha) para que una nota sea más alta o contrarreloj (hacia la izquierda) para una nota que necesita bajar. Podemos utilizar de igual forma las hormigas como una referencia de cuánto girar el microafinador. Esto puede tomar algún tiempo al principio, pero el proceso se irá facilitando y agilizando a medida que los estudiantes y padres se familiaricen con el “afinar” por sí mismos.

El Plan

Tira toda duda y negatividad por la ventana. No la necesitarás. Arruinará tu nuevo ritmo. No esperes perfección. Es mejor relajarse y hacer la mejor música que puedas. Mantente positivo. Ser positivo es contagioso. La positividad es la única cosa que queremos contagiarnos el uno al otro.

Aquí hay varias ideas para dar clase en línea que funcionaron muy bien con mis estudiantes:

  • Toma una fotocopia de una pieza musical en tu iPad.

  • Comparte la pantalla del iPad con el alumno.

  • Edita la fotocopia y selecciona la función de “Marcar” (ahora puedes anotar en la partitura y el alumno puede copiar lo mismo en su partitura).

  • Esta puede ser una divertida manera para los principiantes de aprender qué son los compases y cómo contarlos en una partitura.

  • Marca los compases y con tu alumno, por turnos (primero tú, luego él/ella) ve tocando cierta cantidad de compases al azar.

  • Jueguen el juego donde tú identificas un compás que empieza con una nota en particular. El alumno deberá encontrar todos los compases que empiecen con esa nota.

  • Jueguen el juego donde hay dos corcheas en tres compases diferentes. El alumno deberá identificar esos tres compases con las dos corcheas y luego tócalos. Puedes “olvidar” un compás apropósito para ver si ellos encuentran tu “error”.

  • Toca un compás de la obra, pero no le digas al alumno qué compás es. El/ella tendrá que escuchar y adivinar que compás estás tocando.

  • Deja que tu estudiante elija un compás para que tú adivines cuál está tocando.

  • Marca con un circulo los compases con dos colores diferentes. Los alumnos tocarán todos los compases de un color mientras que tú tocas los compases del otro color. Esto es en reemplazo de tocar al unísono ya que en las conexiones de internet hay demasiada latencia para tocar juntos a la misma vez. Prueba este mismo ejercicio tocando la obra de memoria.

  • Elige un número entre uno y diez. El estudiante debe intentar adivinar el número. Si lo adivina, ese es el número de compás que va a tocar. El estudiante siempre “adivinará”.

  • Deja al alumno elegir un número entre uno y diez. Ese será el número de la pieza del libro en el que esté que tocará de repaso.

  • Abre tu aplicación de juegos musicales. La que más me divierte es “Flashnote Derby” para lectura musical. Puedes escoger notas específicas con las cuales quieres trabajar la lectura. Dos o tres notas por vez es suficiente para los niños que recién estén empezando a leer— queremos que ganen. Mientras más rápido el estudiante diga el nombre de la nota correcta, más rápido correrá el pequeño caballo para ganar el juego.

  • Utiliza tarjetas con notas que tengan indicados los matices. Sostén una de cada tipo a la cámara por cinco segundos. Los estudiantes deberán tocar la nota con la dinámica indicada.

  • Improvisa una música con una nota inicial elegida por ti (o por el alumno). Decidan cuántos compases tendrá la pieza. Piensen un título que describa esta pieza. Rellenen los compases con cuatro tiempos. El estudiante deberá distribuir la combinación correcta de notas (y figuras) para llenar los cuatro tiempos. Intenta que el alumno use diferentes combinaciones de notas (y figuras) por compás para que suene más interesante.

  • Re-escribe una música que el alumno ya sepa cambiando el ritmo o añadiendo algunos adornos en los compases. Re-arregla las notas para crear una melodía nueva.

Espero que estas ideas hayan hecho que tus jugos creativos fluyan y se te ocurran otras cosas divertidas (e infalibles) para tus lecciones en línea. Estas ideas pueden ser adaptadas para alumnos mayores o que necesiten con desafíos técnicos más avanzados. Ahora, ¡sal ahí y encuentra tu ritmo!

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